Desde que era una niña, Aleyda Monreal siempre tuvo el interés de ayudar a otras personas y recuerda sentir, incluso, preocupación por quienes tenían alguna enfermedad o discapacidad física.

Respondiendo a este deseo, Aleyda tomó la decisión de estudiar medicina y realizar una especialidad médica. En 2017, habiendo cumplido su sueño de ser doctora, se integró a Hospital San Nicolas para desempeñarse como pediatra y neonatóloga.

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Su profesión le ha permitido cumplir con ese anhelo de su niñez y ser para muchas familias un gran apoyo en los momentos más angustiantes y de crisis, lo cual es lo que más le gusta de su trabajo.

“Hacer una diferencia en mi comunidad, sentir que ayudo a las familias y el privilegio de preocuparme por la salud de los niños”, expresó.

Aunque ejercer su profesión representa una gran satisfacción en su vida, también ha sido un gran reto encontrar el equilibrio entre la pasión por su trabajo y su vida personal y familiar, aunque, incluso, distintos aspectos de su vida personal como convertirse en mamá, le han dado fuertes herramientas para, en su día a día, tener más empatía con sus pacientes y con los padres y madres angustiados por la salud de sus hijos o hijas.

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“Como pediatra aprendí mucho de mi experiencia como mamá, a ser más empática a entender como las preocupaciones de los padres son reales y tangibles aún cuando su bebé esté sano. Creo que la maternidad me hizo una mejor médico y una mejor pediatra”, explicó.