Desde muy niña, Denisse Rivera soñaba con ser enfermera. Recuerda que uno de sus mejores pasatiempos era jugar con sus muñecas y ponerles vendajes, así como realizarles curaciones o aplicarles alguna que otra inyección.

En esos momentos, poco a poco, se fue gestando el amor a la enfermería y el sueño de algún día ejercerla. Con este cúmulo de recuerdos, Denisse persiguió sus sueños y decidió estudiar enfermería.

Hoy, por fin, sus sueños de niña se han vuelto realidad, pues actualmente se desempeña como enfermera general en nuestro Centro de Medicina Ambulatoria en Irapuato. Desde hace cuatro años y siete meses, día con día, Denisse llega a este centro con un solo objetivo: ayudar a sus pacientes a que recuperen su salud.

“¡Estoy enamorada de ayudar a las personas a sanar! Poderles quitar el dolor o el padecimiento con el que llegan y verlos que salen con una sonrisa, con una tranquilidad, no tiene precio”, explica Denisse.

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«Gracias por darme la oportunidad de crecer personal y profesionalmente» 

Además de cuidar la salud de los pacientes, otra de las funciones que Denisse desempeña es la de asistir durante las cirugías. En ella recae la gran responsabilidad de programar las cirugías y asegurar que el quirófano cuente con lo necesario para atender a los pacientes.

Su día de trabajo comienza a las 7:00 am, cuando después de limpiar y desinfectar su área, se dirige al lugar donde más le gusta estar: el quirófano. Los días en que hay cirugía, Denisse prepara el quirófano con el instrumental necesario para la cirugía, así como la ropa quirúrgica y el equipo electromédico.

Cuando asiste una cirugía, Denisse, junto al cirujano (a) y al anestesiólogo (a), recibe a los pacientes y, en caso de que se requiera, les brinda su apoyo durante el procedimiento. Al finalizar la cirugía, Denisse acompaña a los pacientes a la sala de recuperación, donde sigue a su cuidado hasta que son llevados al área post-operatoria. Al terminar la jornada de cirugías, Denisse se asegura que los quirófanos queden libres y listos para usarse nuevamente.

Ser parte de CHRISTUS MUGUERZA ha representado una oportunidad para seguir creciendo profesionalmente. Actualmente, cuenta con una certificación en Soporte Vital Cardiovascular Avanzada, (ACLS, por sus siglas en inglés). Además, tiene un diplomado Médico-Quirúrgico, el cual considera ha sido uno de los principales retos que ha alcanzado.

Para Denisse cada día es una oportunidad para aprender algo nuevo y esta es una lección que ha aprendido de su profesión.

“Cada día es una nueva experiencia, por lo tanto, todos los días aprendo algo nuevo. Mi profesión me ha enseñado a ser agradecida con todo lo que la vida nos regala, bueno o malo. He crecido mucho en lo profesional como en lo personal y he aprendido bastante”, expresó Denisse.

Denisse asistiendo una cirugía en el Centro de Medicina Ambulatoria Irapuato.

La compasión en enfermería

Denisse está convencida que la compasión es una virtud que debe estar presente al ejercer la enfermería, pues gracias a ella es posible brindar, a quien atraviesa por una situación complicada de salud, un servicio lleno de empatía y solidaridad.

“Desde que iniciamos la carrera de Enfermería, se nos inculca mucho la compasión y con el paso de los años, la experiencia te va afinando ese valor, pero en CHRISTUS MUGUERZA, ese valor es con el que más me he identificado porque es un valor que ha tomado bastante fuerza en mi vida”.

Hoy, ante la pandemia de COVID-19, la compasión en una gran arma que le permite ayudar a los pacientes. Aunque en ocasiones siente miedo, ser parte del gremio que está en la primera línea de batalla contra esta enfermedad, la llena de orgullo.

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“Estoy orgullosa de poder brindarle ayuda a los pacientes, de poder brindarles la confianza y la atención que supere sus expectativas, también temerosa, porque tengo familia, pero cuidándome y cuidando a los demás con las medidas necesarias podremos salir adelante”, expresó.

A cuatro años de haber ingresado a CHRISTUS MUGUERZA, Denisse siente una gran identificación con el valor de la compasión, pues, día con día, se pone en el lugar de sus pacientes para ayudarlos a sanar.

“Me identifico mucho y me gusta mucho el valor de la compasión, me gusta mucho recibir a mis pacientes con una sonrisa, presentarme con ellos y hacerles saber de cierta forma, que todo estará bien, que estoy aquí para ayudarlos a sanar, ponerme en sus zapatos y darles un trato digno con una calidad en mi atención que haga que lo recuerden con una sonrisa”, mencionó.

Hoy, Denisse está convencida que volvería a trabajar en CHRISTUS MUGUERZA, un lugar donde el compañerismo y el buen ambiente laboral la han hecho sentirse como en un segundo hogar.