Desde muy niña, Marina Alicia Domínguez tuvo el sueño de ser enfermera. Recuerda que un día, en su escuela, organizaron un desfile al que ella quería asistir vestida de enfermera y, aunque, en su familia no contaban con los recursos para comprar el vestuario, Marina recibió el apoyo de sus vecinos y, gracias a ellos, tuvo su primer traje de enfermera.

Conforme fue creciendo, Marina siguió con ese deseo de servir, procurar y ayudar a los demás, lo cual la llevó a siempre contar con el apoyo de su mamá y que esto fuese un combustible para no desistir.

“Mi mamá siempre apoyó mis sueños y me ayudó a hacerlos realidad a ella le debo ser enfermera.  Siempre sentía el deseo de servir, procurar y ayudar a los demás. En mis inicios de los estudios de la carrera al descubrir todos los conocimientos jamás dudé en seguir y concluirla”, expresó Marina.

En 1991, Marina ingresó como enfermera directa al área de hospitalización en el entonces Hospital José A. Muguerza. Tras hacer una pausa en su carrera, en 1997, reingresó a este hospital en el área de atención directa en donde durante seis meses se preparó para tomar el puesto de dirigente del área.

15 años más tarde, en 2012, gracias a su gran desempeño, Marina se convirtió en jefa de piso de CHRISTUS MUGUERZA Hospital Conchita, la cual fue para ella una gran experiencia que le ayudó a crecer profesional y personalmente y, a su vez, la llevó a fortalecer sus conocimientos para en 2014 regresar a Hospital Alta Especialidad en donde actualmente está como encargada del área clínica y como suplente en el área de jefatura de Enfermería.

Marina y su equipo de trabajo en Hospital Alta Especialidad.

Entre sus principales funciones está liderar al equipo de Enfermería, además de asegurar que se sigan los protocolos de seguridad en el área y en la atención al paciente, así como en los procesos administrativos.

«El día de hoy está divertido y sabrosón, a darle con todo», dice Marina a su equipo al inicio del turno como una manera de inyectarles optimismo y juntos enfrentar los retos que se presenten día a día.

“Me gusta ser siempre positiva ante mi equipo de trabajo para generar confianza y que así se den buenos resultados, no puedo negar que existe el estrés de saber que se den bien las cosas, pero está dentro de todo eso que me apasiona hacer”, expresó.

A lo largo de su estancia en CHRISTUS MUGUERZA, uno de los principales retos para Marina ha sido cumplir con las políticas y protocolos de seguridad para cuidar a nuestros pacientes, ya que para ella son la razón de ser de nuestro ministerio y de su profesión.  Mantener este estricto apego a las reglas, la han llevado a seguir con su profesionalización, ser constante y a trabajar en equipo para lograr que la seguridad del paciente sea lo primordial en cada persona que integra el área de enfermería.

Al mirar atrás y recordar su decisión de estudiar enfermería, Marina confirma no haberse equivocado al seguir sus sueños de niña, hoy, hace lo que tanto le apasiona, ayudar a quien lo necesita en los momentos más difíciles.

Tras 23 años de servicio, para Marina, CHRISTUS MUGUERZA se ha convertido en su segunda casa, en donde ha encontrado grandes oportunidades para demostrar su preparación, pero, sobre todo, ha encontrado valiosas personas a las que hoy puede llamar amigos y que le han depositado su confianza y la han impulsado a seguir aprendiendo, pues lo mejor siempre está por venir.

“Les agradezco su confianza por creer en mí, por creer en mi trabajo, por darme tantas oportunidades, por dejarme realizar como persona y como profesional, agradezco a aquellas personas que me impulsaron a creer que podía dar más de mí, a todas mis compañeras de trabajo por depositar en mí su confianza. Sé que hay mucho que aprender, y todavía mucho por crecer”, expresó.