Luego de recibir un trasplante de riñón, la salud de Dora Elia Martínez no mejoró como ella y su familia lo esperaban. Su nuevo riñón se afectó a causa de una anemia crónica, la cual desencadenó otros padecimientos que hicieron que el riñón dejara de funcionar.
Ante este severo daño, los médicos informaron a Dora que debía someterse a un segundo trasplante de riñón. Dora volvió a ser paciente con insuficiencia renal, por lo que, en diciembre de 2019, inició un tratamiento de hemodiálisis en Hospital Faro del Mayab, ubicado en Mérida, Yucatán, y parte del Sistema de Salud CHRISTUS MUGUERZA.
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Estar a la espera de un riñón, ha llevado a que Dora atraviese por distintas crisis de salud. La última de ellas la vivió en enero de 2020, en esa ocasión, mientras acudía a su sesión de hemodiálisis, Dora sufrió un infarto, del cual sólo recuerda que sintió una fuerte incapacidad para respirar y que varios días después despertó en su habitación.
“Cuando desperté, desperté en el cuarto y estuve toda una semana más en cuarto. Ahí traté de recuperarme de ir despertando, hasta que ya me fui a mi casa. Desde esa vez y hasta ahorita, gracias a Dios, no me he puesto mal para nada, siento que he estado bastante controlada”.
De la mano del Dr. Juan Pablo Vázquez, médico de Hospital Faro del Mayab, y del resto del personal clínico, Dorita ha logrado sobrellevar su enfermedad. Es muy disciplinada con su tratamiento y siempre asiste a sus sesiones de hemodiálisis con gran optimismo y una gran esperanza de que pronto recibirá un nuevo riñón.
“Me siento muy controlada, muy protegida y pues eso me da confianza de seguir aquí, de seguir viniendo. El doctor baja y me revisa, pues está perfecto es como si cada que viniera me consulta, entonces eso es muy bueno.
Sí estoy muy a gusto aquí y pues durante el tiempo que me falte para el trasplante tendré que seguir aquí, pero sí nos gusta, estamos muy a gusto. Hay mucha calidez que a veces nos hace falta, porque uno viene aquí con su molestia, con su dolor, con su cansancio y ver caras agradables y que te traten bien, ayuda y la verdad es que sí hemos recibido buen trato de todos aquí”, expresó Dora.
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El gran optimismo que caracteriza a Dora lo refleja a través de su página de Facebook ‘Un riñón para Dorita”, en la cual, además de compartir mensajes que motivan a vivir la vida más allá de cualquier adversidad, también la usa para recaudar fondos y continuar con su tratamiento hasta el día en el que reciba su trasplante de riñón.
Un servicio que marca la diferencia
Desde la apertura del área de hemodiálisis, en Hospital Faro del Mayab se le ha apostado a combinar las sesiones de hemodiálisis con la terapia física y, de esta manera, ayudar da manera integral a los pacientes.
A sus 56 años, Dorita ha atravesado por varias crisis de salud a causa de la insuficiencia renal y eso le ha permitido comparar diferentes servicios médicos. Menciona que los programas de rehabilitación son un servicio que le gusta de Hospital Faro del Mayab, pues le han permitido recuperar la agilidad y la fuerza en sus músculos.
“Al estar tantas veces ingresado, eliminas mucho músculo, entonces ahí es donde empezamos a atrofiarnos al caminar, para mover ciertas cosas. La terapia te la dan en el momento que estás en la hemodiálisis, eso no existe en ningún lado en todo México. Eso es maravilloso porque todo el tiempo que estoy ahí sin hacer nada, ahorita lo voy a estar aprovechando haciendo la terapia para ir recuperando fuerzas”, explicó Dora.
A su vez, menciona que los equipos que hay en Hospital Faro del Mayab también le han ayudado a mejorar su salud. Uno de estos equipos es una máquina de ultrafiltrado, la cual es más efectiva en la eliminación de toxinas del organismo.
“Tienen muchos equipos muy buenos que me ayudaron mucho. Son máquinas nuevas y además hay una máquina de ultrafiltrado que cuando estás muy contaminado de toxinas esa máquina es especial porque te limpia más.
La verdad sí siento que tienen lo máximo en equipo, las instalaciones están muy cómodas, (…) eso es lo importante, porque no sabemos por cuanto tiempo vamos a estar viniendo y eso es lo importante, que estemos bien”, expresó Dorita.
Hoy, Dorita sigue en espera de un trasplante que mejore su calidad de vida y, mientras llega, conserva la alegría que la caracterizan y la cual le permite tener y contagiar esas inmensas ganas de vivir.
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