Seguramente, muchas veces has escuchado la palabra cambio, pero ¿qué es, y a qué se refiere? Desde su definición, “La palabra cambio denota la acción o transición de un estado inicial a otro diferente, según se refiera a un individuo, objeto o situación. También puede referirse a la acción de sustituir o reemplazar algo”.

De alguna manera, el cambio sucede en los individuos, en las parejas, en las familias, en las organizaciones y en la sociedad misma. Lo recomendable es partir de la premisa de que “el cambio es algo inevitable y natural que puede ser esperado e inesperado, y que por tal motivo es conveniente prepáranos para detectar cuándo y cómo cambiar, asimilarlo y adaptarnos a él”.

Así que si el cambio es inevitable es mejor estar preparado, por eso aquí te comparto algunas recomendaciones que te pueden ser de utilidad:

  1. Cuándo cambiar

Partir de la idea de “nada es estático” ayuda mucho a que descubras que todo está en movimiento, evolución y mejora continua. Existe una necesidad de cambio, los individuos, las parejas y familias pasan por diferentes etapas de la vida, lo cual impacta en la sociedad y a toda actividad en la misma, de ahí que las organizaciones también pasen por una serie de cambios. Cuando intentamos frenar la transformación, decimos que hay resistencia al cambio, se percibe una amenaza que puede generar impacto tanto en el individuo como en una organización; si no crecemos a la par de las exigencias del entorno se corre peligro de envejecer prematuramente y desaparecer

  1. Cómo cambiar

En su mayoría, los cambios son percibidos como amenazantes y generan crisis, de ahí que intentemos evitarlos. Las crisis no necesariamente son algo malo, es conveniente hacer de ellas una oportunidad de crecimiento. Cuando nos damos cuenta que las cosas no son como siempre, como estábamos acostumbrados, podemos llegar a experimentar inestabilidad cognitiva, emocional y conductual, es decir, “el no saber, no conocer o no querer el cambio genera incertidumbre, la madre de todos los miedos”. Es importante que logres identificar tus miedos y que veas las crisis como una oportunidad de mejora. Hay que salir de la zona de confort, la búsqueda de información nos permite entender el por qué y para qué del cambio, esto es de gran ayuda pues permite identificar lo que es necesario modificar, desde ideas, habilidades y acciones que se requieren para ajustarse a lo que está pasando en ti y en tu alrededor.

  1. Asimilación y adaptación

Al saber cuándo y cómo cambiar se nos facilita la implementación de acciones. Las personas sabemos que conforme adquirimos información la vamos integrando a nosotros y esto nos transforma. Asimismo, crecemos en experiencia y edad, lo cual nos lleva a una nueva fase o etapa de nuestra vida, lo mismo pasa con las familias y las organizaciones, una vez que estos cambios se asimilan, se integran y permiten la aceptación de lo nuevo. Gracias a estos procesos de asimilación se identifica el momento de dejar ir a los hijos, dejar la casa paterna, buscar nuevas oportunidades de trabajo y ajustar proyectos de vida personal y laboral, en pocas palabras, adaptarse a los cambios y convertirse en promotor de los mismos.

Espero que con estos puntos descubras que un cambio esperado y/o inesperado genera crisis, que ésta trae una nueva oportunidad y que tú decides si te resistes, o te preparas para ella. Ver el cambio como una oportunidad de mejora en tu persona, en la casa, en el trabajo, en la sociedad permite el movimiento y, con ello, el crecimiento, quizá estarás pensando que no siempre todo cambio es bueno, pero si no lo intentas jamás podrás saberlo. Quedarse sin intentar algo, lleva a una prolongación del confort y, con el paso del tiempo, estar en zona de confort genera incomodidad, recuerda que después de todo el mundo está en constate movimiento y es bueno fluir con él.