Ana Verónica Galván Gómez inició como practicante en el departamento de Farmacología Clínica en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Vidriera. Durante esta etapa, sus actividades consistían en realizar preparaciones de medicamentos y registrar su uso en base de datos, así como apoyar a los médicos tratantes.

Posteriormente, en 2019, Ana obtuvo una oportunidad para convertirse en Colaboradora de Hospital Vidriera logrando desempeñarse como Química de Farmacología Clínica.

Hoy, sus funciones son de mayor complejidad, entre ellas se encuentra la conciliación de medicamentos a los pacientes que ingresan a hospitalización y la revisión de la prescripción médica y, en caso de ser necesario, hacer intervenciones farmacéuticas a los médicos tratantes.

Su principal objetivo es evitar a toda costa que existan errores en la medicación y que esto ponga en peligro la salud de los pacientes, por ello, realiza la doble verificación de los medicamentos de alto riesgo y apoya en la revisión mensual del área de almacenamiento de enfermería y revisión de carro rojo.

Un día en el trabajo de Ana inicia al recibir la guardia y dar un recorrido por el piso de hospitalización para revisar los expedientes clínicos de los pacientes, así como apoyar en el ingreso y egreso de pacientes.

“Al momento que llegan los ingresos de pacientes realizo conciliaciones y reviso idoneidad y en caso de que pacientes egresen se realiza la conciliación de egreso, también reviso Kardex de enfermerías, etc.”, explicó Ana.

A lo largo de estos 3 años en CHRISTUS MUGUERZA, hoy Ana nos cuenta lo que más le gusta de ser farmacéutica y este sentimiento radica en brindar apoyo a los demás profesionales, así como intercambiar conocimientos y tener un constante aprendizaje.

“Lo que más me gusta de ser farmacéutica es que puedo apoyar a los demás profesionales de salud (Enfermería, Médicos, Nutrición) así como puedo aprender de ellos siempre, el intercambiar conocimientos y aclarar dudas, siempre es muy satisfactorio. Lo que más me gusta de mi trabajo es el ir a realizar la conciliación de los medicamentos a los pacientes, hacérsela saber al médico y el asegurarnos de que su medicación sea segura dentro del hospital en todo momento.” Comentó.

A su vez, menciona que el mayor reto como farmacéutica es lograr el reconocimiento de la importancia que su profesión tiene en el cuidado de los pacientes y, de esta manera, tener un papel dentro de los profesionales de la salud.

En el Día del Farmacéutico, Ana comparte con sus compañeros un mensaje en el que los invita a nunca dejar de aprender para responder a las necesidades de cada paciente y alcanzar ese anhelado reconocimiento.

“Nunca hay que dejar de aprender y prepararse para brindarle una mejor atención al paciente, pero también para que nuestro lugar dentro de los Servicios Hospitalarios sea más reconocido, ya que entre más se vaya viendo nuestra presencia ahora, será mucho más fácil para las nuevas generaciones de farmacéuticos esta interacción entre los profesionales de la salud.”, finalizó.