Monterrey. – En un abrir y cerrar de ojos, la vida de Jesús Sánchez Villarreal y su familia cambió drásticamente. Un día, mientras daba un paseo en bicicleta, Jesús sufrió infarto, el cual lo llevó a sentir un fuerte dolor en el pecho que estremeció todo su cuerpo y a estar 25 días hospitalizado.
Durante su hospitalización, la salud de Jesús se deterioró. Un mes después del infarto, Jesús y su familia llegaron a Hospital Alta Especialidad, en Monterrey, donde los médicos diagnosticaron que, tras el infarto, el corazón de Jesús sólo funcionaría en un 20 por ciento y que la única opción era un trasplante de corazón.
Aunque el trasplante era su única opción, primero Jesús debía recuperar fuerzas y para ello inició una serie de terapias en el área de cardiología de Hospital Alta Especialidad. Tras 15 sesiones de rehabilitación, Jesús logró estabilizarse y junto al equipo de médicos del Programa de Trasplantes de CHRISTUS MUGUERZA, inició su trámite ante el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA) y, de esta manera, entrar en la lista de espera para recibir un nuevo corazón.
“Antes del trasplante, hice en terapia de cardiología casi 15 sesiones, realmente me estaba poniendo bien, pero muy limitado, obviamente, pero gracias a Dios ayudó mucho para que a la hora del trasplante ya estuviera en mejores condiciones. El área de terapia de aquí de cardiología estuvo muy bien”, explicó Jesús.
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Tras las sesiones de terapia, el momento del trasplante había llegado. Jesús ingresó al Hospital Alta Especialidad donde recibió un nuevo corazón. Gracias a la fortaleza de Jesús y al equipo multidisciplinario que participó en esta cirugía, el trasplante fue todo un éxito.
“La experiencia en el hospital ha sido increíble. Tenemos tres hijos hombres que aquí estuvieron todo el tiempo y nosotros estábamos impresionados por el grado de atención, de cuidado, de preparación de la gente.
“No nos imaginamos el tipo de trato que íbamos a recibir aquí, una calidad increíble, gente bien capacitada y con mucho conocimiento, las enfermeras que siempre estuvieron conmigo, no le piden nada al Doctor, de veras, o sea bien capacitadas. Muy contentos con el servicio”, comentó Jesús.
Tras 33 días hospitalizado, Jesús fue dado de alta y, finalmente, pudo regresar a casa, al lado de sus tres hijos y esposa. Tras la operación, Jesús continua con su terapia de cardio, la cual califica de increíble, pues le ha ayudado a fortalecer su corazón y recuperar sus fuerzas.
“Realmente y hablando del hospital, nos sentimos muy orgullosos de que tengamos esto aquí, haber pasado por el proceso y darnos cuenta de todo. Es un orgullo para quienes trabajan aquí y para nosotros como mexicanos que la medicina se haga de esta manera”, destacó Jesús.
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Hoy, el mayor enfoque de Jesús está en su recuperación, continuar con sus terapias y con las biopsias que le practican para darle seguimiento a su evolución durante los primeros seis meses después del trasplante, tiempo que es considerado como crítico.
“Por lo pronto es echarle muchas ganas. Estamos muy contentos, el resultado hasta este momento es fantástico y esperemos seguir así”, comentó Jesús.
Para Jesús, vivir esta experiencia, ha refrendado la importancia que la familia tiene en su vida y cuyo amor y unión, le sigue dando la fuerza necesaria para recuperar su salud.
“La razón principal de que todo esto funcionara bien fue la unión de la familia. Somos un equipo, todos vamos hacia el mismo lugar, muy unidos, sin ellos no hubiera salido adelante. Una cooperación increíble de todos. Una integración con los médicos también. Yo creo que es la base principal, para mí, para la recuperación y para volver a retomar mi vida, pues sin la motivación de la familia nada tiene sentido, entonces yo lo hago por mí y por ellos, porque queremos seguir pasando mucho tiempo juntos”, expresó.
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