A los niños les puede emocionar mucho el regreso a clases, pero en ocasiones puede ser un momento de gran estrés tanto para ellos como para sus padres.

Iniciar un nuevo año escolar después de tantos días de vacaciones, sin despertarse temprano, no hacer tareas y no realizar algunas obligaciones puede ser un caos para los padres y causar momentos de presión para los niños cuando se intenta volver a los horarios anteriores y  rutinas del año escolar pasado.

La gran cantidad de horas que pasan en clases, más las exigencias de rendimiento y logros que los padres y familia en general esperan, muchas veces hace que los niños enfrenten el ingreso a clases sin ánimo o entusiasmo.

En esta situación de estrés y ansiedad que viven los pequeños también está la incertidumbre por reencontrarse con sus compañeros, tener que hacer nuevos amigos, conocer a la nueva maestra (o)  y tener angustia por separarse de mamá.

Nos podemos dar cuenta que nuestro hijo está experimentando algún tipo de estrés a través de estos síntomas:

  • Irritabilidad
  • Cambios en hábitos alimenticios
  • Somnolencia
  • Apego exagerado o tristeza

En cierto modo todos estos síntomas pueden estar presentes al entrar a clases.

Hay varias ideas que podemos implementar para disminuir el estrés en los pequeños y que facilite esta transición y este cambio que están por experimentar una vez más como cada año.

En los primeros días de escuela es normal que los niños tengan ciertas dificultades para conciliar el sueño, sean más inquietos y tengan dificultad para levantarse, pero esto es parte de una adaptación normal. Si comenzamos desde unos días antes a crear de nuevo las rutinas a la hora de dormir temprano, cenar temprano, respetar la hora de apagar las luces y dejar el juego  ayudará al niño a disminuir el mal humor o la ansiedad durante las mañanas.

Comienza unos días antes del ingreso a clases, con el proceso de regulación de horarios, esto hará que la primera semana de clases no sea tan pesada para los niños.

Participa con los niños en la realización de las tareas previas al inicio de clases, preparar su mochila, su lunch etc., es una buena idea para que el pequeño adquiera mayor seguridad y  te sienta parte de este nuevo proceso.

Durante la primera semana de clases trata de hacer alguna actividad con la que des la bienvenida al nuevo año escolar, aunque seas un padre de familia que trabaje, aparta un tiempo para seguir conviviendo con el niño como cuando estaban de vacaciones. El sentir tu apoyo y platicar con él sobre su nuevo salón, maestra y el reencuentro con sus compañeros disminuirá el estrés o incertidumbre en tu hijo, ya que te sentirá cerca de su nuevo ambiente.

Explícales con su vocabulario cómo van a ser los primeros días, los horarios, los recreos, quien será su maestra y quien pasará por ellos al terminar su horario. Todo esto ayudará al niño a entender los cambios que habrá en comparación al año anterior.

 

Desde un inicio deja en claro metas y logros que sean reales para tu hijo y, por cada avance que tenga en las primeras semanas, ofrécele recompensas positivas (ojo, no hablamos de premios en este caso, la motivación, el abrazo, el juego  y la convivencia son los mejores incentivos que podemos mostrar) Esto ayudará a que el niño se sienta seguro de sí mismo y de lo que puede lograr.

Los  compañeros pueden ser una causa de la angustia en el niño. Enseñarles desde un principio a trabajar en equipo, respetar a sus compañeros y tener una convivencia diaria sana en su escuela es la mejor arma para el inicio de clases.

La actitud que tomen los padres en estos días es fundamental, ya que facilitará el motivar a los niños a tener una actitud positiva y alentarlos a regresar a sus estudios.

Pon en práctica estos consejo y recuerda… sé comprensivo durante esta etapa y demuestra a tus hijos tu paciencia, sin duda, esto los tranquilizará.