Desde muy pequeña, Adriana Arredondo Leos comprendió que su mayor vocación en la vida era ayudar a los demás, por lo que decidió estudiar enfermería, una profesión que hasta la fecha le permite hacer lo que más le inspira: dar lo mejor de sí en beneficio de sus pacientes en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Sur.
La relación entre Adriana y su trabajo inició desde hace 11 años, cuando ingresó como enfermera en CHRISTUS MUGUERZA Hospital Alta Especialidad, siete meses después se desempeñó como enfermera instrumentista en Hospital Sur, cuando éste aún se encontraba en construcción o cómo ella lo describe “en obra gris”.
De esta manera, Adriana fue testigo del día en que este Hospital Sur abrió sus puertas a la comunidad. Aún recuerda haber sido participe desde el acomodo de objetos en las estaciones de enfermería, e incluso, haber estado presente en las primeras cirugías.
“Nos tocó ser parte del acomodo de las cosas, elegir donde se acomodaría cada bote, cada cuadro, entonces eso es lo que me ha permitido amar más este lugar. Estuve presente en la inauguración, estuve presente en la primera cirugía, y de ahí en adelante he estado presente en muchas primeras cosas que el hospital ha tenido gracias a que he empezado con él desde el inicio y eso me da mucha satisfacción”, comentó.
Además de haber sido participe del inicio de Hospital Sur, pertenecer a él también le ha dado la oportunidad de seguir creciendo profesionalmente. A lo largo de estos 11 años Adriana se ha desempeñado como encargada de quirófano y como coordinadora de cirugías, su puesto actual.
“Lo que más orgullo me da de trabajar aquí en CHRISTUS es terminar todos los días con una sonrisa de saber que lo que hacemos, lo hacemos bien.”
Sin embargo, reconoce también que ha sido todo un reto pues ha tenido que combinar su profesión con el ser madre y esposa.
“El mayor reto que he tenido al trabajar en CHRISTUS ha sido combinar los roles y no descuidar ninguna parte de lo que yo hago, soy, creo yo, buena mamá, he tratado de llevar a cabo ese rol, he tratado de llevar a cabo el rol de esposa, pero sobre todo, he tratado de llevar a cabo el rol que mi profesión me exige”.
Pese a este gran reto con el que diariamente se enfrenta, Adriana está convencida del amor que siente por su trabajo y lo confirma cada que empieza un turno, cada que un paciente se recupera y cada vez que da lo mejor de ella para satisfacer las expectativas que cada paciente tiene del Hospital. Todo esto la motiva a ser mejor cada día y a seguir realizando su trabajo en Hospital Sur, un lugar del cual se considera parte y al que siente como su hogar.
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